miércoles, 30 de enero de 2013

Waiting


Esperando, desde que desapareciste, todo se ha convertido en una continua espera...

Una espera a una señal, 
una señal de que puedo volver a salir a la calle 
y levantar la mirada, y mirar al cielo 
y atreverme a prometerle la nada.

Atreverme a gritar tu nombre 
y que se lo lleve el viento, 
chocando entre todas las hojas de todas las plantas, 
llevándose detrás nuestras imprentas de todas las baldas 
de todas las casas y suelos que nos han probado.  


Que nos han probado y que nos han soportado, 

a nosotros y a nuestros zumbidos, 
aquellos que nos erizaban incluso los oídos.

Que el viento arranque tu nombre de mi boca, 
que lo arrastre y que parezca que poco me importa. 
Que se lo lleve consigo, sin acariciarlo, sin besarlo, 
que no haga con él nada que yo todavía haría contigo. 
Que lo abandone muy lejos, allá donde nunca pueda llegar, 
allá donde no se puedan recitar mis versos.

Y que se deshaga, que se desintegre… 
que quede destrozado en mil pedazos.

No quiero poder volver a reconstruirlo.

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